martes. 19.03.2024

En 2015 la vida de Fernando Morthera Navarrete cambió. El cruce a nado de Cancún a Isla Mujeres y al que acudió por casualidad despertó en este mexicano, criado en Madrid y residente en Dubai, una pasión por la natación que le ha llevado a lograr la triple corona de  aguas abiertas. "Aunque nací en Ciudad de México me mudé a Madrid muy pequeño y desde hace dos años trabajo para Talabat en el Departamento de Customer Experience en Dubai", explicó Fernando a EL CORREO DEL GOLFO en declaraciones desde el Reino Unido.

"Mi primera prueba fue nadar el Estrecho de Gibraltar el 29 de junio de 2016, tardé cinco horas y 5 minutos y después de esto ya empecé a entrenarme para conseguir la triple corona".

En agosto de 2017, justo antes de cumplir 31 años, Navarrete realizó la primera gran carrera a nado. "Completé un recorrido alrededor de la Isla de Manhattan de 46 kilómetros en 7 horas y 13 minutos". Luego de esta primera gran hazaña, Fernando nadó los 32 kilómetros que separan la la Isla de Santa Catalina de la costa de California. Y justo ahora, el 17 de septiembre de este año, consiguió nadar el Canal de la Mancha en 14 horas y 56 minutos.

Para nadar el Canal, Fernando contactó para que le asesorara con Nora Toledano, primera mujer latinoamericana en completar los siete mares y que ya ha cruzado seis veces el Canal de la Mancha. "El entrenamiento fue complicado ya que las condiciones en Dubai son muy diferentes a las que me enfrenté en Europa. El mar en el emirato es muy salado y muchos meses del año no se puede nadar periodos prolongados al estar el agua muy caliente. por lo que gran parte del entrenamiento lo he hecho en la piscina de 25 metros de la casa de un amigo".

Aclimatarse al agua fría no fue tarea fácil. Fernando tuvo que viajar fuera de Emiratos Árabes ya que uno de los requisitos para atravesar el Canal de la Mancha es un certificado de seis horas en agua a menos de 16 grados. Para ello tuvo que ir a España a nadar a principios de año con el fin de cumplir con estas condiciones. 

"A parte del frío, una de las dificultades del Canal de la Mancha son las corrientes. No se nada en línea recta, se realizan de dos a tres curvas con el cambio de marea. Arranqué a las 6:33 horas desde Abbots Beach en Dover junto al barco High Hopes, pilotado por Simón Ellis. La mayoría del cruce fue de día".

Durante el recorrido por el Canal, el mar estuvo relativamente tranquilo. Solo se vio afectado por unas tres o cuatro horas de viento. Entonces las olas crecen y el mar se pica complicando el trayecto. Pero la verdadera dificultad llegó en las últimas horas, cuando se hizo de noche. No solo anímicamente es duro. "Para mi lo más importante del cruce es poder ir viendo la cara de Nora y que me sonría y me vaya diciendo que todo está bien; me da tranquilidad y fuerza para seguir, al igual que los mensajes de ánimo que me va escribiendo en una pizarra".

"Los abastecimientos no duran más de 30 segundos y la sensación de ver la tierra alejarse debido a la corriente del agua en vez de estar más cerca cada vez es muy dura. Además, al entrar en Francia el mar está revuelto haciendo del último trayecto un verdadero test físico y mental. Lo que te da motivación es saber que la meta está ahí, solo es cuestión de seguir nadando hasta tocar tierra". 

"Llegó un momento en el que el barco se detuvo y vi cómo una luz me alumbraba el camino a la playa de Strouanne. En ese mismo momento me grita Nora que acaba de entrar al agua para nadar conmigo los últimos metros y llegar a Francia conmigo. En estos 30/40 metros no paré de llorar". 

El mexicano ya está pensando en su próximo reto. Para conseguirlo debe ahorrar durante todo el año ya que este tipo de aventuras son caras. "Quiero completar los siete mares. Llevo tres y aún me faltan el Estrecho de Cook (cruzar de la isla norte a la isla sur en Nueva Zelanda), el Estrecho de Tsugaru en Japón (de la isla de Honshu a la isla de Hokkaido), el canal de Molokai en Hawaii (de la isla de Molokai a Oahu) y el mar del Norte (de Irlanda del Norte a Escocía)".

Además, Fernando quiere probar sus límites en otros deportes. "Me gustaría correr el maratón des Sables en Marruecos (250 km en seis días por el desierto) o escalar los picos más altos de cada continente. El año pasado subí el Kilimanjaro con mi novia y otros amigos y me encantaría también completar el reto de todos los picos", concluye.  Ideas no le faltan.

Un méxicano residente en Dubai cruza a nado el Canal de la Mancha
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