El Papa Francisco pidió este viernes el fin del extremismo, la violencia y la corrupción en el inicio de su histórica visita a Irak.
Comenzó el primer viaje papal al país reuniéndose con funcionarios del gobierno en Bagdad, antes de viajar a una iglesia donde los cristianos fueron masacrados por militantes en 2010.
Además, se reunió con el presidente Barham Salih en el Palacio Presidencial, donde pronunció un discurso enérgico en el que destacó los problemas que seguían asolando al país.
“Que se silencie el choque de armas”, dijo. “Basta de violencia, extremismo, facciones, intolerancia. Irak ha sufrido los efectos desastrosos de las guerras, el flagelo del terrorismo y los conflictos sectarios a menudo basados en un fundamentalismo incapaz de aceptar la coexistencia pacífica de diferentes grupos étnicos y religiosos".
El Papa, refiriéndose a las influencias externas a las que a menudo se culpa por desestabilizar a Irak, dijo que la comunidad internacional debe brindar ayuda "sin imponer ideologías" e instó a los funcionarios iraquíes a "combatir el flagelo de la corrupción, el abuso del poder y el desprecio por la ley".
Su visita se produce cuando Irak intenta abrirse camino hacia la estabilidad después de años de conflicto sectario, la ocupación de Daesh, la corrupción crónica y la ira generalizada contra los funcionarios del Gobierno por no proporcionar los servicios básicos.
La población cristiana de Irak también ha disminuido, y muchos han huido al extranjero para construir una nueva vida.
Pero el Papa aclamó a Irak como "la cuna de la civilización", a pesar de sus muchos problemas, y creía que todas las crisis a las que se enfrentaba podrían superarse construyendo una sociedad basada en la fraternidad, la solidaridad y la concordia.
Dijo que el Irak, con sus diversas religiones, culturas y etnias, podía demostrar que la diversidad debería conducir a la armonía dentro de la sociedad en lugar de al conflicto.
