sábado. 27.04.2024

La cadena norteamericana  Starbucks abre su primera cafetería en Colombia y desata controversias: un aluvión de críticas y colas a su puerta. En cierta forma, es más que normal: en casi todo el mundo la novedad de la llegada de una reconocida marca internacional a menudo provoca curiosidad, hasta el punto que muchos bogotanos todavía recuerdan las filas que hace 30 años causó la llegada al país de la cadena de rosquillas Dunkin Donuts.

Pero en Colombia el café es además un asunto de identidad nacional.

Y por eso la llegada de Starbucks al país de Juan Valdez también generó una oleada de críticas en las redes sociales, entre las que no faltaron llamados a boicotear al gigante de Seattle.

Lo que obliga a preguntarse: ¿logrará la gigantesca cadena de cafeterías estadounidense, tan ubicua a nivel internacional, imponerse también en el mercado colombiano?

Por lo pronto, en el primer local de Starbucks ciertamente reina el entusiasmo.

Y la marca –que ya se apresta a abrir una segunda tienda en Bogotá, a sólo unas calles de distancia– está segura que sabrá conquistar a los colombianos.

El plan es tener cinco tiendas funcionando en Bogotá antes de diciembre y 50 en todo el país en los próximos cinco años, para una inversión total estimada de aproximadamente 30 millones de dólares.

Pero, tal vez conscientes de lo sensible del tema, éste y los otros Starbucks de Colombia van a diferenciarse de sus similares en otras partes del mundo en un aspecto crucial: solamente van a vender café hecho con granos locales, que tiene como propósito honrar la calidad del café colombiano y la larga relación entre ambos.

Aunque no hay duda que la medida también les puede ayudar a congraciarse con los más patrióticamente susceptibles de los consumidores locales.

"Es una empresa extranjera, pero su materia prima y su mano de obra es colombiana, así que no veo razón para escandalizarse",según informó a BBC Mundo Camilo Arredondo, mientras sostiene en sus manos un café gigante: el famoso tamaño venti de Starbucks.

"Invierte en Colombia y están pagando impuestos. Y además yo creo que de hecho Starbucks es una de las compañías que más venden café colombiano en el mundo. Me parece hipócrita que ahora empecemos a criticarlos", agrega este ingeniero de 30 años.

Efectivamente, Starbucks ha estado vendiendo café colombiano desde que abrió su primera tienda en Seattle en 1941 y ahora lo hace en 65 países alrededor del globo.

Y en la operación colombiana también participa el grupo empresarial local Nutresa, que es dueño de marcas de gran arraigo local como Colcafé.

"El café y los empleados podrán ser colombianos pero la mayor parte de sus ganancias se van para otro país, no son para nosotros", manifisesta a BBC Mundo una estudiante de 16 años.

"Me parece bobo apoyar a Starbucks. Yo por lo menos jamás iría a un Starbucks, al menos no aquí en Colombia", agrega, mientras se toma un café en una vecina sucursal de Juan Valdez, "la tienda de los caficultores colombianos".

La cadena local Juan Valdez es propiedad de la Federación de Cafeteros de Colombia y es la principal competencia de Starbucks.

Los ingresos por la venta de café Juan Valdez benefician directamente a los caficultores colombianos.

Los colombianos también tienen una relación muy especial con el campesino bigotón que desde los años 60 representa internacionalmente al café producido en este país sudamericano.

Después de todo, es uno de los rostros amables de Colombia: una referencia positiva de un país que vive torturado por la mala imagen internacional proyectada por sus problemas con el narcotráfico.

En la tienda de Starbucks, sin embargo, varios de los amantes del café también justifican su "traición" temporal a la marca local en nombre de una competencia que creen resultará positiva para las cafeterías colombianas.

Y la misma Juan Valdez ha dicho que espera que Starbucks ayude a popularizar el consumo de café de calidad en Colombia, con las dos compañías coincidiendo en que el mercado potencial es lo suficientemente grande para ambos.

De hecho, la otra cara de la moneda es que con cafeterías Juan Valdez en Aruba, Estados Unidos, Ecuador, México, Panamá, Perú, El Salvador, Kuwait, Malasia y Corea del Sur, la contienda entre esta marca y Starbucks no está limitada al territorio colombiano.

Una batalla que, en el suelo colombiano, apenas está comenzando.

Starbucks y su estrategia de vender café en tierras de Juan Valdez
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