Hace un año, una joven británica de tan solo 23 años que se encontraba de viaje en Indonesia murió intoxicada tras beber una ginebra que había sido mezclaza con metanol. Aunque fue llevada de urgencia al hospital al comenzar a sufrir ceguera y convulsiones repentinas, murió cinco días después, según informa el diario ABC.es.
Los últimos pasos de la investigación parecen demostrar que Cheznye Emmons había comprado la bebida en una tienda en Bukit Lawang, en el norte de Sumatra, según cuenta «The Mirror». La ginebra estaba cerrada y con una etiquetación que parecía legítima.
Hoy sus padres continúan una lucha para evitar que más muertes de este tipo vuelvan a producirse. «En muchos de estos países se mezclan licores y vinos con metanol sin pensar en los peligros, y es muy difícil saber la diferencia», ha afirmado su padre.
«Está siendo vendido en tiendas, restaurantes y bares, lugares en los que se podría pensar que es seguro, pero realmente el mensaje es "aférrate a la cerveza" porque, de otra manera, no sabes qué riesgo estás corriendo», ha afirmado.
La familia puso en marcha la campaña «Save a Life» poco después de la muerte de su hija y pronto espera empezar a distribuir 20.000 carteles en donde se avisa del peligro de los consultorios médicos, ya que su hija, tras ser ingresada en un hospital de Sumatra, fue inducida a un coma del que ya no salió nunca.
Debido a cómo se registran este tipo de muertes en el extranjero, la familia dicen que es imposible saber cuántas personas han muerto por la misma razón.
