viernes. 26.04.2024

Obligada a casarse cuando sólo tenía 13 años, Saadah vuelve a su empobrecida familia yemení con dos hijos, poco dinero y su sueño de regresar a la escuela, según narra una noticias del diario Gulf News.

No quiero casarme nunca más. Todo lo que quiero es conseguir el divorcio y volver a estudiar”, afirma Saadah mientras se sienta en la pequeña habitación que comparte con sus dos hijos, con ojos cansados y ojeras.

'Novias infantiles' o 'novias de la muerte' como a veces se les llama, son muy comunes entre lo población pobre de Yemen, donde las niñas apenas púberes son forzadas a contraer matrimonio, a menudo con hombres mucho mayores.

El padre enfermo de Saadah, ya no es capaz de mantener a su familia, la casó hace cinco años con la intención de evitarle la pobreza de su familia.

Pero su marido pronto comenzó a obligarla a mendigar en las calles de la capital con sus hijos, hasta que huyó para volver a casa de sus padres.

“Agredía física y verbalmente a mí y a mi familia y abusaba de nosotros”, dice Saadah, ahora de 18 años, cuyo nombre significa felicidad en árabe.

Va vestida de negro de los pies a la cabeza, y todavía hay rastros de henna naranja decolorada en sus manos inquietas.

Sus dos hijos, de tres y cuatro años de edad, observan mientras relata la pesadilla de su matrimonio.

“Mi vida es difícil con mis padres, ya que contamos sólo con pequeñas ayudas de nuestros vecinos para sobrevivir. Pero es mejor que vivir con mi marido”, señala Saadah.

Su hermana Amnah, de 16 años de edad, también se vio obligada a casarse con un hombre que accedió a pagar a 20.000 riales a su padre por valor de una deuda de tres años.

“Soy víctima de un matrimonio precoz”, dice Amnah, de la que también abusó su marido antes de que se escapara después de vivir cinco meses con él.

“En una ocasión me puso una daga en el estómago y me sacó de casa de mis padres. Luego me golpeó en la calle en frente de todo el mundo antes de llevarme de vuelta a casa”, recuerda con timidez.

Finalmente regresó a la escuela este año.

Los activistas han estado presionando para que se apruebe un proyecto de ley que establezca una edad mínima para contraer matrimonio.

El ministro de Derechos Humanos, Huriya Mashhoor dijo a la AFP el mes pasado que quería retomar un proyecto de ley de 2009, que habría fijado la edad mínima para contraer matrimonio a los 17 años, y modificarlo para elevar la edad a 18.

Los activistas dicen que el proyecto de ley fue archivado cuando los legisladores ultraconservadores del partido islamista Al Islah lo bloquearon.

El mes pasado, surgieron informes de que una niña de ocho años de edad, llamada Rawan había muerto de una hemorragia interna después de mantener una relación sexual, a raíz de su matrimonio con un hombre de 40 años de edad, en una zona remota del norte del país.

Las autoridades han negado las acusaciones, y se presentó a la prensa una chica que decía llamarse Rawan y que nunca se había casado.

Pero en abril de 2010, Ilham Al Ashi, de 13 años de edad, murió tras ser violada por su marido después de arreglarse su matrimonio, y en septiembre de 2009 una mujer de 12 años de edad, murió junto a su bebé durante el parto.

Las niñas tienen generalmente miedo a hablar contra la decisión de sus padres o sobre el abuso que existe en una sociedad, donde la mujer se avergüenza si rechaza un matrimonio o desafía a su familia.

Un caso que sacudió a la sociedad conservadora de Yemen en 2008, fue cuando un tribunal concedió el divorcio a una niña de 8 años, Nojud Mohammad Ali, cuyo padre desempleado la obligó a casarse con un hombre 20 años mayor que ella.

Mientras que algunos vecinos simpatizan con ellas, Saadah y Amnah todavía sienten las miradas de reproche por las calles.

“Algunas personas nos miran porque nos escapamos de las casas de nuestros maridos”, señala Saadah. Sin embargo, Nemah, la hermana de 14 años, dice que ha aprendido de la experiencia familiar. “No me casaré hasta después de haber acabado mi educación”, dice con una sonrisa.

Una niña de Yemen desafía a su esposo
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