En medio de la tensión ruso-occidental, y cuando la operación militar de Rusia en territorio ucraniano entraba en su segunda semana, el Jefe de Estado Mayor de Estados Unidos, el general Mark Milley, pidió a las fuerzas estadounidenses estacionadas en Europa que expresaran su determinación de evitar el estallido de una "guerra entre grandes potencias".
Milley, que está de gira por Europa para confirmar la intención de su país de defender el flanco este de la OTAN contra el ataque ruso, manifestó a los soldados estadounidenses desplegados en una base aérea cerca de Constanza, en el sur de Rumanía que "debemos asegurarnos de responder rápidamente y mostrar nuestra fuerza, determinación y apoyo a la alianza para evitar cualquier agresión adicional a los rusos y evitar el estallido de una guerra entre las grandes potencias".
“Desde 1914,el comienzo de la Primera Guerra Mundial hasta 1945, es decir, el final de la Segunda Guerra Mundial… 150 millones de personas fueron asesinadas… No queremos que eso suceda en absoluto".
Además, dejó claro en declaraciones a la agencia de noticias AFP, este martes, que es importante unir a los aliados, "lo que me queda claro es la unidad de filas y la determinación de la OTAN frente a una amenaza sin precedentes y la mayor disputa territorial en el continente europeo desde 1945".
Tras el lanzamiento de la operación militar rusa, como la describe Moscú, en suelo ucraniano, los países de la OTAN liderados por Washington se apresuraron a desplegar miles de soldados en los países más cercanos a Rusia y Ucrania, que no forma parte de la OTAN.
Ha desplegado unos 15.000 efectivos adicionales en las últimas semanas en un área de 1.200 kilómetros en los países vecinos de Ucrania y Bielorrusia, aliado de Moscú, para disuadir a este último de seguir avanzando.
Con un total de 2.500 soldados estadounidenses desplegados en los tres estados bálticos (Lituania, Letonia y Estonia), 10.000 soldados en Polonia, 2.400 en Rumanía, 1.500 en Eslovaquia, 350 en Bulgaria y 200 en Hungría.
