viernes. 26.04.2024

Durante 13 años y hasta el pasado viernes, 28 páginas de una investigación del Congreso que cuestionaba la participación saudí en los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos han permanecido en secreto

Los funcionarios de inteligencia de EEUU terminaron de revisar las 28 páginas del informe oficial sobre los ataques y señalaron el pasado viernes que no hay evidencia de complicidad saudí, según dijo el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest. 

El documento recién desclasificado nombra a personas relacionadas con los secuestradores de los aviones antes de que se llevaran a cabo los ataques en los que murieron casi 3.000 personas. Se identifican a personas que ayudaron a los secuestradores conseguir apartamentos, abrir cuentas bancarias y obtener lecciones de vuelo. 

15 de los 19 secuestradores eran ciudadanos saudíes y varios no dominaban el inglés como idioma y tenían muy poca experiencia viviendo en Occidente. 

Investigaciones posteriores no hallaron ninguna evidencia de que el Gobierno saudí o altos funcionarios saudíes apoyaran a sabiendas lo que acabó en esos ataques. Todos los legisladores y familiares de las víctimas hicieron campaña por más de 13 años para obtener el capítulo final de la investigación. 

Arabia Saudita ha pedido la liberación de los documentos desde el año 2002 para que el Gobierno pudiera así responder a cualquier acusación y sancionar a los saudíes que hubieran podido participar en los ataques. 

"Desde 2002, la Comisión del 11-S y varias agencias gubernamentales, incluyendo la CIA y al FBI, han investigado el contenido de las '28 páginas' y han confirmado que ni el Gobierno de Arabia, ni altos funcionarios saudíes, ni ninguna persona que actúe en el nombre del Gobierno de Arabia proporcionó ningún tipo de apoyo a los ataques, dijo en un comunicado el embajador de Arabia Saudita en EEUU, Abdullah Al Saud

"Esperamos que la liberación de estas páginas aclare, de una vez por todas, todas las sospechas sobre Arabia y siga la amistad con EEUU por mucho tiempo", añadió. 

"Estamos trabajando estrechamente con Estados Unidos y otros aliados para erradicar el terrorismo y destruir las organizaciones terroristas". 

El ex presidente de Estados Unidos George W. Bush clasificó el capítulo para proteger fuentes y métodos de inteligencia. Hace dos años, bajo la presión de las familias de los muertos y heridos en los ataques, el presidente Barack Obama ordenó una revisión y desclasificación del capítulo. 

El director de Inteligencia Nacional, James Clapper, llevó a cabo esa revisión de desclasificación y transmitió el documento al Congreso, que dio a conocer las páginas online. 

Varias investigaciones sobre el 11-S siguieron al análisis del Congreso, que publicó su informe -menos el capítulo secreto- en diciembre de 2002. La investigación más conocida fue realizada por la Comisión 11-S, dirigida por el ex gobernador republicano Tom Kean y el senador demócrata Lee Hamilton. 

Kean y Hamilton dijeron que las 28 páginas se basaban exclusivamente en materia prima que llegó al FBI. 

El informe de 567 páginas de la comisión, publicado en julio de 2004, declaró que "no se habían encontrado evidencia de que el Gobierno saudí como institución  o altos funcionarios del reino individualmente estuvieran relacionados con Al Qaeda. "Esta conclusión no excluye la posibilidad de que las organizaciones benéficas con el patrocinio del Gobierno mandase fondos a Al Qaeda".

Algunos críticos del trabajo de la comisión dijeron que no han seguido todas las pistas que involucran a Arabia y señalaron que varias agencias obstruyeron su trabajo. Kean y Hamilton también se quejaron de que varias agencias del Gobierno ocultaron información relevante. 

Estados Unidos revela un capítulo secreto sobre la investigación de los ataques del 11-S
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