domingo. 08.09.2024

El tejo, deporte nacional de Colombia

Los Encuentros Diplomáticos organizados en Bogotá por la Asociación Diplomática y Consular han tenido como protagonista el legendario tejo, el deporte autóctono del país, con una antigüedad mayor a 500 años
Deportista practica el tejo. (Fuente externa)
Deportista practica el tejo. (Fuente externa)

La Asociación Diplomática y Consular de Colombia, organiza los Encuentros Diplomáticos, eventos culturales que facilitan la integración de los diplomáticos colombianos de carrera con los colegas extranjeros de embajadas, consulados y misiones, acreditados en Bogotá. El motivo de un reciente encuentro se hizo alrededor del legendario tejo, el deporte autóctono del país, con una antigüedad mayor a 500 años, al que le dedicamos esta columna.

En efecto, el deporte nacional de Colombia no es el fútbol, ni el ciclismo, ni el patinaje o cualquiera de las disciplinas olímpicas, es el tejo, conforme ley de la República del año 2000, con el respaldo del Ministerio del Deporte y el Comité Olímpico Colombiano, al tiempo que fue declarado patrimonio cultural inmaterial de la nación, conforme otra ley de 2019.

Se trata de un juego que practicaban los muiscas, grupo perteneciente a la civilización Chibcha, que dominó en el centro del país, especialmente en los departamentos de Cundinamarca (capital Bogotá) y Boyacá (capital Tunja). El deporte nació en Turmequé, municipio boyacense, por lo cual, también se le conoce con ese nombre. Sólo lo practicaban las clases importantes de los muiscas, por lo cual, desde allí se conoce una expresión muy colombiana “de alto Turmequé”, para referirse a gente muy importante en una situación determinada. Una de las imágenes que acompaña esta columna, es del monumento en tributo al tejo, erigido en esa población.

Perspectiva de Turmequé. (Fuente externa)
Perspectiva de Turmequé. (Fuente externa)

En tiempos de los muiscas, el juego se celebraba en canchas similares a las actuales, que remataban plataformas rellenas de greda y se lanzaban discos (tejos) de oro con el fin de romper pequeños artefactos de barro, otros afirman que no se rompía nada, simplemente introducirlo en un hoyo en la citada plataforma. El tejo, como muchas de las actividades realizadas por los muiscas, tenía un carácter no sólo de entretenimiento, sino de rito sagrado, para rendir tributo a los dioses, tanto al Sol (Sué) como a la Luna (Chía), por lo cual había juegos tanto diurnos como nocturnos. 

Luego de la llegada de los conquistadores españoles, los guijarros de cerámica se cambiaron por mechas de pólvora, que estallan al ser impactadas por los tejos, así como las bebidas con las que se acompañaban. Los chibchas en sus ritos sagrados bebían la chica o el guarapo, bebidas de maíz con mayor o menor nivel de fermento, pero que luego fueron prohibidas y reemplazadas por la cerveza.

El tejo tiene una doble condición, como deporte serio que se practica en Colombia, con instituciones y normas e incluso en otros países, pero también como juego familiar y de amigos, a nivel recreativo que suele acompañarse con una picada (plato mixto de diversas carnes asadas, papas, yuca, maduro o plátano, embutidos, arepas) y la infaltable cerveza, a la cual le decimos pola.

Tejo la Embajada. (Fuente externa)
Tejo la Embajada. (Fuente externa)

El tejo recibe varios apodos cariñosos, como el “tenis de mecha” o “bolo aéreo”. Como dato para los cinéfilos, el juego aparece en la película clásica “Green Fire” (Fuego Verde, 1954) filmada en parte en Colombia, protagonizada por la bella Grace Kelly y Stewart Granger, uno de los galanes por excelencia en los años 50. En una de las escenas, Granger aparece jugando tejo, con Paul Douglas, supuestamente apostando con unos colombianos, mineros de esmeraldas, pues sobre esta piedra preciosa es que gira el argumento del filme.

Otro dato para curiosos, cuando estuvimos con mi esposa Patricia en Chicago, descubrimos un juego similar que practican en algunas zonas de Norteamérica denominado “Cornhole”, que en lugar de canchas de greda cuenta con unos tablones de madera con un hoyo y en lugar de discos de metal se lanzan bolsas de tela, llenas de granos de maíz o semillas. Sabrá Dios, si existe alguna relación entre nuestro tejo y este divertimento, que también se lo toman en serio en Estados Unidos, pues hay campeonatos deportivos.

Deseo hacer un reconocimiento a los colegas de la Asociación Diplomática y Consular de Colombia por programar este tipo de encuentros de integración entre diplomáticos colombianos y extranjeros, porque es una bonita oportunidad para conocernos y que los amigos de otros países puedan aprender sobre las tradiciones culturales colombianas. Es lo que llamaríamos en el lenguaje del tejo, una moñona

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Dixon Moya es diplomático colombiano de carrera, escritor por vocación, lleva un blog en el periódico colombiano El Espectador con sus apellidos literarios, en el cual escribe de todo un poco: http://blogs.elespectador.com/lineas-de-arena/  En Twitter (a ratos muy escasos) trina como @dixonmedellin.

El tejo, deporte nacional de Colombia