El presidente de Emiratos Árabes Unidos, el jeque Mohamed bin Zayed Al Nahyan, recibió este viernes al gran imán de Al-Azhar y presidente del Consejo Musulmán de Ancianos, Ahmed Al-Tayeb, en Qasr Al Shati en Abu Dhabi.
Durante la reunión, el presidente deseó buena salud y una visita exitosa a su segundo hogar, Emiratos Árabes.
Las dos partes discutieron la mejora de la cooperación entre las entidades relevantes de EAU y consolidar los valores humanos compartidos y promover una cultura de coexistencia, diálogo civilizado yentre diversas culturas y pueblos en todo el mundo sobre la base de los principios del Documento sobre la Fraternidad Humana, que fue firmado por el Gran Imán de Al-Azhar y el papa Francisco en febrero de 2019 en Abu Dhabi.
En la reunión también se discutió la iniciativa del Consejo Musulmán de Ancianos titulada Alianza de Religiones para el Desarrollo y la Paz, establecida en colaboración con la República de Indonesia, que tiene como objetivo fortalecer el papel de los eruditos y líderes religiosos en el apoyo a los esfuerzos mundiales de desarrollo y paz.
Además, el presidente emiratí elogió los importantes trabajos del gran imán por difundir el mensaje de entendimiento y coexistencia humana, así como por fomentar una cultura de respeto mutuo. También elogió el papel fundamental de Al-Azhar en la presentación de la verdadera imagen del Islam y el mantenimiento de su mensaje benévolo y pacífico.
Por su parte, el gran imán elogió las iniciativas y los esfuerzos caritativos del jeque Mohamed en apoyo de la paz y el desarrollo regionales y mundiales. También destacó su enfoque humanitario, que se centra en el desarrollo humano y el empoderamiento en todo el mundo y expresó su agradecimiento por el compromiso de EAU con las cuestiones islámicas, como su apoyo histórico a sus hermanos, especialmente a la causa y al pueblo palestino.
Para finalizar destacó los esfuerzos de Al-Azhar y del Consejo Musulmán de Ancianos por promover los valores de la paz, la coexistencia y la fraternidad humana, así como para combatir el discurso de odio y el extremismo y apoyar el papel de los eruditos y líderes religiosos a la hora de abordar los desafíos humanitarios contemporáneos.
